La Danza del Olivo

La brisa que no sucumbe ante las colinas de la mente,
el cielo que se extiende dominante y lejano como omnipresente,

La hierba dulce en su aliento y dorada en su aspecto ya tostada por la llegada del verano se mece al viento bajo los olivos mirando al cielo corrugado por las hojas y semillas de éste ser expatriado que iza sus las velas a la mar de la imaginación en júbilo,

Era un remanso ligero y contínuo un afluente sincero de la mente en el que las miradas se disipan en el firmamento fundiéndose con el cielo del olivo respirando la expansión del firmamento.

Como capullo de un microcosmos las ramas maniobran al viento indicando los sectores mas intrincados y místicos en las esquinas del cenit, penetrando el vacío y conquistando los puentes del espacio que imponentes, gotean humedos despues de la lluvia ondas de tiempo sobre las lagunas de sus ojos intensos y traviesos en un baile de destrucción y creación perpetua en complicidad constante, en un entendimiento natural entre el mar y el cielo.

Andrés