Desearás
Desearás la pasión descontrolada de las palabras fluyendo ante tus ojos,
penetrando en tu corazón travieso, perverso y tempestivo en arrevoles,
jugueteando y arrebatándote el aliento tan poderosas sensaciones que lastiman,
hijas de un linaje de memorias paganas que retan mi paciencia.
Desearás un carruaje de papel con aquellos patéticos versos,
Y caminan y caminan sin descanso las palabras escritas,
como labriegos socavando la tierra cultivando sus frutos,
haciendo zanja en el laberinto de tu mente enamoradiza,
perpetrando obscenidades contra tus oscuros propositos infértiles.
Desearás que la belleza de esos versos se difunda corriente arriba por tus venas,
paralice tu memoria y se te encoja el corazon, trastabillen tus labios, palabras y piernas,
tus horas de furia triste, solitaria y melancólica se pierdan en un mar de agitación desesperada,
y el corazón deseara salirse de tu pecho violentamente y se arremolinen los versos en tus senos,
y se arremolinen en tus pensamientos y bajen felizmente a tu vientre danzando en armonía con los versos torturándo el último relicto de tus negativas pretensiones.
Desearás la tierra sin semillas ni flores ni frutos ni nada que se le parezca,
para no recordar los colores del pasado porque la tristeza es tu amiga,
Para no sufrir y para nunca olvidar.
Desearás poseerme entonces, y succionar cada segundo para evitar el galopante peso del recuerdo,
y en el tiempo estremecerás tu cuerpo con el último grito de pretensiones fantasmales y alucinaciones sofocantes,
buscarás nuevamente sentir y abusar del recuerdo y abusar del destello immortal en tu memoria,
sentir aunque sea dolor por ello y entonces sera el momento para recordar el recuerdo,
y escribir saetas de papel al viento.
Estelas de tu propia humanidad y naturaleza que refundan los jardínes de tu pensamiento,
buscarás a tu corazón contento ya cambiado con el paso de tiempo,
ya afilado y endurecido con su centro enmohecido y los atrios cuasi malditos.
Para entonces, desearás no haber deseado la pérdida de la inocencia.
Andrés
penetrando en tu corazón travieso, perverso y tempestivo en arrevoles,
jugueteando y arrebatándote el aliento tan poderosas sensaciones que lastiman,
hijas de un linaje de memorias paganas que retan mi paciencia.
Desearás un carruaje de papel con aquellos patéticos versos,
Y caminan y caminan sin descanso las palabras escritas,
como labriegos socavando la tierra cultivando sus frutos,
haciendo zanja en el laberinto de tu mente enamoradiza,
perpetrando obscenidades contra tus oscuros propositos infértiles.
Desearás que la belleza de esos versos se difunda corriente arriba por tus venas,
paralice tu memoria y se te encoja el corazon, trastabillen tus labios, palabras y piernas,
tus horas de furia triste, solitaria y melancólica se pierdan en un mar de agitación desesperada,
y el corazón deseara salirse de tu pecho violentamente y se arremolinen los versos en tus senos,
y se arremolinen en tus pensamientos y bajen felizmente a tu vientre danzando en armonía con los versos torturándo el último relicto de tus negativas pretensiones.
Desearás la tierra sin semillas ni flores ni frutos ni nada que se le parezca,
para no recordar los colores del pasado porque la tristeza es tu amiga,
Para no sufrir y para nunca olvidar.
Desearás poseerme entonces, y succionar cada segundo para evitar el galopante peso del recuerdo,
y en el tiempo estremecerás tu cuerpo con el último grito de pretensiones fantasmales y alucinaciones sofocantes,
buscarás nuevamente sentir y abusar del recuerdo y abusar del destello immortal en tu memoria,
sentir aunque sea dolor por ello y entonces sera el momento para recordar el recuerdo,
y escribir saetas de papel al viento.
Estelas de tu propia humanidad y naturaleza que refundan los jardínes de tu pensamiento,
buscarás a tu corazón contento ya cambiado con el paso de tiempo,
ya afilado y endurecido con su centro enmohecido y los atrios cuasi malditos.
Para entonces, desearás no haber deseado la pérdida de la inocencia.
Andrés
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