El abejorro de barro


Un terroncito de barro de esos que se arremolinan en el piso cuando acaba de llover,
uno con forma redondita y rechoncha con antenitas de barro alitas de barro paticas de barro,
acurrucado contra el piso entre dos vertientes minúsculas de agua a lado y lado.


las últimas gotas de agua lo mecieron suavemente y levantó vuelo de repente así no mas,
en un abrir y cerrar de ojos. Allí iba mi abejorro merodeador explorando el territorio de mi corazón.
Se subió al totumo siguiendo su dulce olor entre la brisa de la sabana y el sol de la tarde.


Aún húmedo se sacudió de repente. Y el viento secó sus alas mientras ronroneaban,
y yo lo contemplaba en el viento. Yo quiero que regreses! le decía, pero marchaba lejos,
Le ponía el dedito para que viniera a mi pero jugueteaba sobre mi cabeza y merodeaba en mis cejas,
Se paseaba por mi nariz y acariciaba con sus antenitas amarillas mis orejas.


Sin dejarse cojer le cantaba canciones de abejorro para ver si lo seducía a venir de regreso,
y riéndo volaba lejos y mas lejos mi abejorro que de barro empezó ahora vuela mas alto que yo,
Se sacude al viento y posa sus colores al sol.
La nostalgia invadió mi pecho cuando lo perdí de vista.


Mirando al cielo mirando al viento mismo para ver si me lo traía de regreso,


Una noche sentí su ronroneo en la ventana y mientras me llamaba airoso,
El abejorro se mecía con las flores del viejo mamoncillo en el patio,
Al mirar con detalle era el recuerdo de aquel abejorro de barro,
Que ahora volaba traslúcido entre el mamóncillo y el mango.


Lo tomé por las alas y lo puse en mi pecho para que descansara el recuerdo en lo profundo de mi corazón.


Andrés

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