Un petit amor
He tenido un pequeño amor, lo confieso, sentí mariposas cuando la ví por primera vez y qué. Sentí atracción a primera vista y me solté, no puse restricciones ni traumas ni nada de nada, solo yo. Tampoco pensé mucho en el futuro, algunas veces me sentí abrumado por éste, pero a fin de cuentas lo deje donde debe estar, precisamente en el futuro. También le escribí algunos cuentos, fuí cómplice, bailé, conversé, soñé y apesar de lo potencialmente pasivo o aburrido que pude haber sido, disfruté sensiblemente los pocos dias que estuvimos juntos.
Duré una semana completa pensando todos los dias en ella, la adrenalínica sensación que todos conocemos y queremos evitar; especialmente durante los primeros dias, porque te hace sentir pueril. Yo la sentí y también la disfruté y no la reprimí, simplemente la dejé fluír. Me tomé el tiempo para sentir en vez de pensar mucho cuando estaba con ella, preguntarle tonterías al azar y contarle otras tantas. Decidí sin miedo, sentir. También perdí la concentración peligrosamente durante el día por estar pensándola, jaja! qué ridículo casi haber perdido mi vida "Casí me atropellan en la calle por meterme en contra vía andando en mi bicicleta".
Al final la soledad del mundo ganó. Yo iré tentativamente al sur de Francia y ella a Londres. La realidad vino y quirúrgicamente persuadió a la dulzura de retirarse y dejar a la razón perpetuarse. No sé de razones, y para ser sincero no me importan mucho a menos que sean en la fría y descarnada ciencia. Sin embargo estoy feliz de haber sentido libremente y encontrar sus caricias y sentimientos, genuinas o no, en medio de la misteriosa y cruel Paris.
Andrés
Duré una semana completa pensando todos los dias en ella, la adrenalínica sensación que todos conocemos y queremos evitar; especialmente durante los primeros dias, porque te hace sentir pueril. Yo la sentí y también la disfruté y no la reprimí, simplemente la dejé fluír. Me tomé el tiempo para sentir en vez de pensar mucho cuando estaba con ella, preguntarle tonterías al azar y contarle otras tantas. Decidí sin miedo, sentir. También perdí la concentración peligrosamente durante el día por estar pensándola, jaja! qué ridículo casi haber perdido mi vida "Casí me atropellan en la calle por meterme en contra vía andando en mi bicicleta".
Al final la soledad del mundo ganó. Yo iré tentativamente al sur de Francia y ella a Londres. La realidad vino y quirúrgicamente persuadió a la dulzura de retirarse y dejar a la razón perpetuarse. No sé de razones, y para ser sincero no me importan mucho a menos que sean en la fría y descarnada ciencia. Sin embargo estoy feliz de haber sentido libremente y encontrar sus caricias y sentimientos, genuinas o no, en medio de la misteriosa y cruel Paris.
Andrés
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