La lechona y el Facilista Cobarde Tipo I y II

Un pueblo que sabe criticarse, y que se critica en su justa medida, es un pueblo que define su rumbo autónomamente.

Un pueblo que se critica y pondera sus críticas con migajas de buenas acciones, es un pueblo alcahueta y mediocre.

Un pueblo que se queda en la ilusoria comodidad del pasado y los ídolos del ayer es un pueblo que olvida criticarse y por ende basa sus juicios y decisiones en migajas de buenas acciones.

Un pueblo que confía en las migajas de buenas acciones es un pueblo que se deja alimentar con lo mismo, migajas, y se acostumbra a saborear la escasez y abrazar el facilismo.

Un pueblo facilista es un pueblo corrupto y mañoso que quiere imitar su pasado para perpetuar el curso mediocre de su futuro. 

El hecho que el 95% de la gente que vive en el territorio geopolítico de Colombia sea mediocre y una plaga, nada tiene que ver con la región en que cual habitan. Han sido arrojados como el mugre que no barre la escoba de manera azarosa a este territorio y han plagado la sociedad y marginado a la clase social que mantiene a flote el "milagro democrático" que es Colombia.

Por supuesto, el territorio en si; sus fértiles tierras y su amplia variedad de cosechas durante todo el año, han cooperado accidentalmente en mantener a flote al sistema social Colombiano.

Mi crítica va al 95% por ciento de los Colombianos. El Colombiano que pertenece a este 95 % al leer los párrafos anteriores, por motivos sicológicos que preví con anterioridad se va a sentir profundamente ofendido con l número 95% de los Colombianos pues de facto, él mismo ya se incluyó en ese porcentaje y se ofendió a sí mismo de manera automática. Este individuo, goza amarillamente con el hecho de ser parte de una de las sociedades mas corruptas del planeta y lo hace en secreto, en lo profundo de su mente. El o ella son lo que yo llamo, facilistas cobardes y están divididos en dos categorías. 

Facilista cobarde tipo I: 
Su objetivo no es el trabajo ni lo que el trabajo produce, es mas pertenecer a la rosca lo mas pronto posible. Y su vicio es el dinero. Si no hay rosca no hay un punto de partida y nada se puede empezar si no se está en la rosca. Este individuo, hombre o mujer, planea como conquistar las roscas a todo lugar intrigando y chismoseando para abrirse paso entre sus "competidores".

Facilista cobarde tipo II:
Su objetivo es trabajar pero no muy duro, a fin de cuentas lo importante es tener trabajito para alimentar a la familia y cultivar facilidades alrededor que le permitan subsistir. Subsistir me refiero a vivir apenas como se puede.

Vale la pena anotar que ambos individuos compiten por su subsistencia en un ambiente laboral o social, el facilista cobarde tipo II es casero e inofensivo a simple vista, lo importante es mantenerse entre la multitud ocupando los puestos que le representen apenas una subsistencia. Y el facilista cobarde tipo I por ende, debe desplazar al facilista cobarde tipo II a como de lugar para llegar sin el menor esfuerzo a donde está el dinero. Ambas "plagas" se asocian en intervalos cortos de tiempo que les representan trueques transitorios o lazos temporales de amistad o rumba, pero se traicionan muy frecuentemente y sus uniones no duran.

La esencia misma de la existencia en ambos individuos es un tipo de pereza adquirida socialmente que inicia en las escuelas y los hogares del 95% de los Colombianos que están plagados de padres facilistas cobardes tipo I y tipo II. Un diganóstico del vecindario por ejemplo es que el 95% de los Colombianos no quieren que sus vecinos sean mejores cada dia, detestan la idea de tener vecinos inteligentes y benevolentes que colaboren y mejoren las condiciones de vida del resto de residentes, esa actitud benevolente es duramente criticada por el 95% de la "plaga" con una serie de terminologías que han evolucionado con el tiempo y hacen referencia a una estética deforme, un tipo de deformación en la forma de percibir lo bueno y natural, como por ejemplo, el término "sapo", "azolapado", "yoli" entre otros. Este tipo de comportamientos les trae a los facilistas cobardes un ardor interno que les estimula a destruir a su vecino profundamente tan pronto como sea posible. Y a la final les confiere un profundo placer.

Generalmente estos individuos trabajan en muchos ámbitos, en el gobiernos, en empresas, en bancos, en las administraciones locales en la política, en los taxis y busetas de transporte privado y publico, en las panaderías y farmacias, están en todo lugar y su mente está fija en hacer caer al que sobresale para abrirse paso de manera fácil a posiciones laborales a las cuales no están calificados pero que de algún modo han logrado a pesar de sus falencias cruciales. Entender ese concepto es vital para comprender el 95% de la sicología de esta cuasiespecie humana e invasora que habita el territorio Colombiano.

En el dia a dia, distinguirlos a simple vista es muy difícil pues se requiere una conversación un poco mas larga para descubrir el tipo de facilista cobarde y si clasifica o no en estos dos grupos. Pero generalmente hay un tipo de conversación que los hace relinchar de inmediato. Y es cualquier tipo de conversación donde los intereses personales se ponen a un lado y se compromete al individuo a sacrificar algo de su tiempo por el otro. En ese preciso momento, su respuesta es negativa a la cooperación y su frase preferida es eso no se puede hacer

Pero porqué la reticencia a la cooperación es tan exagerada? Primero, ambos facilistas cobardes, creen que algo bueno es algo placentero y segundo, porque si se le ve haciendo algo bueno (placentero) entonces es una persona buena. Sin embargo la concepción del placer en este grupo de individuos está viciada y perturbada por una fuerte influencia norte americana. Donde placer es tener mas y las figuras de belleza y harmonía han sido replanteadas hacia la exageración. 

Un buen ejemplo de esto es la lechona: La filosofía detrás de preparar la lechona es comer en comunidad. Donde se comparte lo poco que se tiene para armar una gran comilona donde todas las familias participantes puedan tener una porción sustanciosa que no podrían conseguir si decidieran cocinar sin la ayuda de los demás. Una familia trae arvejas, dos o tres ponen el marrano, otra sacrifica y cocina, otra trae el arroz, otra prepara los juegos y diversiones, otra prepara los medios de transporte de la gente, otra pone la música y otras 3 o 4 el licor. Todas trabajan en equipo y aportan lo mejor que tienen para hacer un festín.

Hoy en dia la lechona se ofrece sin ningún esfuerzo comunitario, se regala. Y se abusa de la comunidad en lo que llamo "chantaje de barrigas". La belleza de ofrecer lechona y trabajar por ella se ha llevado a la exageración, comiendo 3 o 4 lechonas, disrutando del almuerzo mientras se engorda sin necesidad alguna, el trabajo en comunidad se convierte en trabajo de servidumbre a la cual se le paga por atender y preparar y el fenómeno cultural se convierte en un fenómeno de capital. No es difícil deducir quién se come la lechona después de todo. Los facilistas cobardes tipo I y tipo II.

Hacer el bien es hacer lo mas mínimo posible sin recibir correcciones o mejoras, lo bueno es "salir de eso lo mas rápido posible" sendo el lema de ambos facilistas cobardes, desmeritando la pujanza por la excelencia, el reto por la innovación, y el trabajo en comunidad. Después de todo, el 95% de los habitantes del territorio colombiano son bien conocidos por sus recorridos corruptos y violentos. Y no por su lucha por la innovación y la pujanza. Las dos últimas virtudes muy seguramente son bien esgrimidas por solo el 5% restante de los Colombianos teniendo que soportar la dura carga de los parásitos que viven actualmente en el territorio que hoy es Colombia.


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